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Grandes mineras enfrentan 16 negociaciones colectivas en 2017 y sindicatos pelearán por millonarios bonos

Grandes mineras enfrentan 16 negociaciones colectivas en 2017 y sindicatos pelearán por millonarios bonos

 

Los convenios se suscribieron en plena bonanza minera, por lo que los trabajadores recibieron suculentos bonos. Pero las empresas explican que la industria vive ahora un ciclo de ajuste.

 

Un año en que viviremos en peligro”. Así resumen en la gran minería la expectación con que la industria espera el 2017, período en que se realizarán 16 negociaciones colectivas, que abarcan a unos 12 mil trabajadores e involucran a tres de las compañías más grandes: Codelco, Escondida y Collahuasi. Las empresas saben que las tratativas serán muy complejas porque los convenios que se revisarán se suscribieron en plena bonanza minera, por lo que los trabajadores recibieron en esos años los mayores bonos de término de negociación (BTN) de la historia y el ánimo de los sindicatos es pelear por preservar dichas conquistas.

En Escondida, el último BTN ascendió a $23 millones y se pactó en 2013. El de Chuquicamata ascendió a $19,8 millones y se suscribió en diciembre de 2012. En Collahuasi, llegó a $19 millones en 2013. O sea todos, en plena bonanza del cobre.

Estas nuevas negociaciones se darán en un contexto de “vacas flacas”. “Los expertos estiman que el 2017 seguirá siendo complicado para las empresas mineras, con precios del cobre en torno a US$ 2,20 la libra y con la continuación de los esfuerzos de mejora de productividad y de contención de costos”, sostiene Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero, quien remarca que la mejoría del cobre de esta semana es temporal. Por ello, estima que “es difícil pensar que el escenario económico estrecho antes descrito no vaya a tener influencia en los resultados de estos procesos”, considerando además que la productividad laboral de la minería ha seguido cayendo al menos desde 2005.

La negociación más compleja es la de Codelco. El próximo año llevará a cabo tratativas que incluyen a 6.546 personas en tres negociaciones de diversos sindicatos en Chuquicamata (que involucran a más de cinco mil personas) -entre febrero y mayo-, además de otros proceso en El Teniente y El Salvador (ver infografía).
La estatal enfrenta una caída del precio del cobre que ha golpeado sus ganancias hasta dejarlas prácticamente en cero; afronta niveles históricos de inversión cuando no tiene cómo financiarlos y ya tiene altísimas deudas. Y, por si fuera poco, estas negociaciones ad portas amenazan con paralizar algunos yacimientos.

En Chuquicamata es donde el ánimo es más beligerante. Allí, en la otrora división más grande de Codelco, han surgido varios movimientos sindicales, como el Comando de Trabajadores Unidos o el Frente de Trabajadores Mineros; se viene una negociación con seis sindicatos Rol B (operarios), que engloba a más del 80% de la fuerza laboral. En la estatal se habla de “la guerra popular”.

Chuqui: cada trabajador gana $77,6 millones al año

Los convenios colectivos de todos los trabajadores de Chuqui le cuestan a Codelco cerca de US$ 500 millones. Esta división es en sueldos la más gravosa para la estatal, está sobre el promedio de la industria y también por encima de lo que ganan en otras divisiones. También hay diferencias de sueldo entre los trabajadores más nuevos, que ganan menos, con los antiguos, que ganan hasta 30% más.

Si se suma el sueldo, más el gasto en salud y otros beneficios (estudios, aportes, etc.), cada trabajador antiguo implica para la estatal un desembolso de US$ 113 mil al año o unos $77,6 millones anuales. Los operarios nuevos obtienen entre US$ 73 mil a US$ 88 mil al año, o sea, entre $50 millones a $60,4 millones. En términos mensuales, un trabajador de contrato antiguo gana un sueldo líquido promedio de $3,4 millones, mientras que los nuevos entre $2,3 millones y $2,12 millones.

La demanda de los sindicatos es nivelar hacia arriba. “Nos interesa igualar beneficios y remuneraciones para los trabajadores nuevos, y para los antiguos conservar todo lo que hemos conseguido a lo largo de nuestra historia de 100 años y garantizar la empleabilidad”, explica Liliana Ugarte, presidenta del sindicato 2 de Chuquicamata, que es uno de los que negocia.

En Codelco adelantan que eso es “imposible” y que de hacerlo “tendríamos que renunciar a hacer Chuquicamata Subterránea”, el proyecto que alarga la vida útil del yacimiento por al menos dos décadas más y que implica más de US$ 4.200 millones. Además, la corporación no puede garantizar el empleo, porque al pasar a la operación subterránea, la estatal debe desvincular a más de 1.000 trabajadores. A ello se suma que Chuqui presenta un problema de sobredotación, sostienen en la industria.

Para la negociación colectiva de todos los sindicatos de Chuqui, Codelco propondrá lo mismo que ha propuesto en las últimas tratativas de 2016, en Andina y Salvador: cero reajuste y bonos más préstamos blandos que van entre $2,4 millones a $3,9 millones. “No hay más”, sostiene en privado el equipo directivo de Codelco.

Ante esta oferta, Ugarte responde que “no podemos aceptar pagar los costos de una crisis que no provocamos; la mala gestión del negocio no es responsabilidad de los trabajadores” y anuncia que “vamos a agotar todas las instancias de negociación y, si con ello no logramos el acuerdo que nuestros representados merecen, recurriremos a las acciones que históricamente ha utilizado el movimiento sindical”, como “la huelga, que no la descartamos”.

Capítulo aparte es la tensión política que generará en la Nueva Mayoría este conflicto. Porque, según explica un alto directivo de Codelco, “el Partido Comunista (PC), en su afán de no ceder espacio a grupos más de izquierda, endurecerá la negociación, y ello obligará a otros sindicatos más moderados a optar por posturas más extremas”.

Un ejecutivo de la estatal proyecta que la situación que se dio esta semana con el rechazo del reajuste del sector público -con la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa (PC), increpando al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, y el quiebre de los partidos de la Nueva Mayoría acusando al PC de actuar “fuera de los márgenes acordados” en esta votación-, puede repetirse en el conflicto sindical de Chuqui, donde la dirigencia comunista busca más protagonismo.

Escondida marcará referente en la gran minería

En enero parte la negociación del sindicato N°1 de Minera Escondida, presidido por Patricio Tapia, en un proceso que es considerado un referente para el resto de la gran minería, como reconocen varios dirigentes de los trabajadores. Es la mayor mina de cobre de Chile y del mundo -produce el 20% del total del país-, e históricamente ha tenido las negociaciones más beligerantes.
De hecho, el mayor bono pagado en la historia de la minería fue para este sindicato: en enero de 2013, la empresa desembolsó $23 millones incluyendo el préstamo. Al interior de BHP Billiton, la angloaustraliana que opera Escondida, admiten que este incentivo “compró la paz con los sindicatos por lo menos hasta el 2017, que es hasta cuando rige este convenio colectivo”. Tal paz se puede acabar ahora.

Varios dirigentes consultados, a condición de reserva, explican que los trabajadores de Escondida están en pie de guerra. Primero, por el plan que redujo 14% de su plantilla, el equivalente a 600 trabajadores, a partir de febrero de 2015, a través de un plan de retiro. Segundo, por un accidente de consecuencias fatales ocurrido en octubre de este año en la faena, que llevó a los trabajadores a usar internamente el lema “Ni un puto muerto”, en analogía con los dichos del presidente de Codelco, Nelson Pizarro, que dijo que esa compañía no tenía “ni un puto peso”. Tercero: los cambios de administración, ya que en agosto salió el presidente Hilmar Rode, con quien los sindicatos no tenían buenas relaciones. Rode aún no ha sido reemplazado -interinamente asumió el gerente de operaciones, Marcelo Castillo-, por lo que los dirigentes sostienen que esta negociación será conducida por el presidente de BHP Billiton Chile, Daniel Malchuk, y su vicepresidenta María Olivia Recart.

En cuanto a los petitorios, los dirigentes de la minera dicen que están trabajando en el pliego que presentarán en enero. Pero en la industria ya hablan de un “piso”: entre $15 millones a $20 millones de BTN. “Nunca menos que Anglo American, que logró $ 9 millones en bonos y $3 millones en préstamos”, sostienen conocedores de las tratativas.

En la industria, hay preocupación por el nivel del BTN. Ya en el Consejo Minero el tema se ha tratado en varias oportunidades. Durante este año, distintas mineras, entre ellas Codelco, hicieron ver a AngloAmerican el dañino precedente que generaba para el resto el bono pagado en Los Bronces. En los últimos meses se ha mencionado el efecto de la negociación de Escondida, dicen en el gremio.

Collahuasi negociará en septiembre

La segunda mayor minera privada de Chile, Collahuasi, se apresta a una negociación en septiembre, de cara a un convenio que vence en octubre. Felipe Román, presidente del sindicato, admite que “estamos esperando lo que ocurra en Escondida”, pero le resta dramatismo al proceso, que involucra a unos mil trabajadores.

Román asumió el año pasado en la minera luego que los siete dirigentes del sindicato n°1 fueron censurados por los socios, debiendo dejar sus puestos. La salida de los dirigentes se debió a una mala gestión y mala administración y en donde la PDI ha investigado la desaparición de $400 millones de los fondos del sindicato. Según la compañía, la renovación de los dirigentes mejoró las relaciones con la administración, por lo que esperan una negociación colectiva sin demasiado conflicto.

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